PODER,
FORTALEZA
Y
PROFECIA
Por Bernardo Gorgun
Todo ser que habite
sobre la tierra debería saber que su poder, su fortaleza y su riqueza no son
una casualidad producto de la astucia y fuerza del individuo. Debe saber que
esto no es una casualidad pues en todo
está la manipulación divina, la que por diferentes razones o finalidades, el
cerebro humano por brillante que sea no es capaz de comprender.
En la parasha Ki Tabo
la profecía es clara y se le entrega al pueblo de Israel cientos de años antes
que ésta sucediera, y en ella se describe con precisión lo que sucedería al
pueblo de Israel en donde habitara al menos un alma judía.
Los que fueron testigos
de las maravillas del Santo Bendito Sea desde su liberación hasta la entrega de
la tierra prometida, temieron y cumplieron los preceptos y por muchos años
permaneció el pueblo de Israel con altos y bajos en la tierra que le fuera
entregada en la cual fluía la leche y la miel y con abundante variedad de
alimentos, mas llegó el momento de hacer cumplir lo escrito y el pueblo de
Israel fue expulsado por primera vez hacia Babilonia y ahí no calmó su deseo de
retornar a la tierra de nuestros padres. Al final cede y se retorna a
reconstruir nuestro templo en el Monte Sagrado, en el centro de Jerusalem, ciudad
eterna, Ciudad de David, orgullo de Israel, y es por eso que también en la
segunda expulsión, los Romanos se ensañan con la ciudad y sus habitantes, al
punto de no dejar piedra sobre piedra, quedando esta tierra desolada con olor a
muerte por doquier, devastada y pobre. Los que se quedaron lloraron a los que
fueron llevados cautivos a Roma, de donde se trasladaron a los diferentes
países o naciones de Europa. Y esas duras palabras se cumplen una a una, y el
pueblo de Israel donde vivió, no sintió tranquilidad, buscó solución para no
ser azotado por las persecuciones, por
los odios, por las infamias que terminaban en asesinatos de judíos indefensos
sin importar si estos asesinatos eran organizados por los religiosos del lugar
o dirigidos y tolerados por los estados cuando estos dejaron de ser útiles a
sus propósitos económicos.
Llegó el momento en el
cual, contra toda razón, el pueblo de Israel hace su retorno a su heredad a
reconstruir su tierra y convertir lo que tiene en un faro de ciencia, cultura y
prosperidad único en el medio oriente, rodeado de países que le quieren
destruir. Pero tampoco es casualidad que este pequeño país pueda resistir a los
embates del terrorismo auspiciado por los vecinos cercanos y aún por los más
alejados que no llevan a sus hermanos islámicos un trozo de pan, pero sí le
entregan armas de todo calibre para que maten a la población israelita. Sin
embargo, la presencia de Israel es el poder de D-s y no del Ejército, la
fortaleza de sus habitantes le viene del cielo, la profecía se cumple al pie de
la letra e Israel vivirá por siempre a pesar de todos sus enemigos. Como dijera
el Rey David “Si D-s está con nosotros
quién contra nosotros”. Pero para que esté con nosotros, primero debemos
nosotros estar con Él en sus preceptos y llevarlos en nuestra mente grabados como
si estuvieran en la blanca piedra que se ordenara al pueblo de Israel escribir
una vez que pasara el Jordán.